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LA IRREMEDIABLE DUALIDAD DEL SER Y NO SER

Ciudad Violenta de Pániko Satániko aterrizó en Mentes en Disturbio.

por: Christian Cortés (Grafomelómanus Hominidus)


 

La satisfacción de hacer lo que a uno le apasiona por el simple hecho de hacerlo es, para mí, abrazar las rebeldías de ir en contra de los condicionamientos de todo tipo. Es, de igual manera, tener el propósito de engendrar y dar vida a un mundo que habita en nuestro interior, dibujado con un orden lógico o caótico pero real para quien así lo imagina. Una instancia de autogestión. “No hay nada más punkero que hacer lo que a uno se le dé la gana”, dicta la sentencia de mi interlocutora.


  • Escucha la playlist que musicaliza este relato haciendo clic aquí

 

Portada Ciudad Violenta

Imagen tomada de las redes sociales de la banda


“(…) El punk que tenemos en nuestro imaginario no existiría sin

todas las mujeres que desde la sombra lo posibilitaron”[1] 

 

Maritxu Alonso, activista del colectivo Uterzine (España)




Para Claudia Rivera, lo descrito anteriormente lleva la huella indeleble de la creación musical; un impulso vital que invade su flujo sanguíneo y que se ha convertido en su razón de ser. Diseñadora gráfica de formación, multiinstrumentista por vocación y cantautora por una convicción a prueba de balas, ha liderado Pániko Satániko por espacio de trece años con las idas y venidas de un ímpetu que merma pero que no claudica. Su banda pasó de llevar como nombre un juego de palabras jocoso e improvisado para referirse a algo abrumador o avasallante, a convertirse en una propuesta sonora arriesgada y auténtica en forma y fondo, gracias a la determinación de sus principales integrantes y el compromiso con su causa.



Foto de la banda

 Foto tomada de las redes sociales de la banda


A ella, estos mismos factores decisivos de firmeza y resolución, le ayudaron a seguir adelante en su rumbo al liderazgo de un colectivo más alineado con sus inquietudes musicales, tras dejar atrás a Maniatikatz, agrupación de la que hizo parte como bajista y vocalista desde 2005 y con quienes grabó un EP llamado El odio en 2009.   


Pero, vayamos a lo reciente. Inspirada por la fuerza de voluntad para hallar un espacio creativo con el que se identificara mejor, Pániko Satániko nace en la capital colombiana como idea, por iniciativa de Claudia, en el año 2011. Al poco tiempo se conciben Falso y Pesadilla, sencillos que eventualmente harían parte del primer álbum del grupo, un disco testimonial de la persistencia de la banda puesto que, a pesar de ser grabado alrededor del 2013, solo vería la luz en el 2022.


Como antiguo integrante y miembro fundador de Triple X respectivamente, Ilich Amézquita a cargo del bajo y Mauricio Arias, mejor conocido como El Enano o Enemigo X, en la batería, son figuras protagónicas en los inicios del power trío que lidera Claudia hoy en día. Más tarde, con la adición de Román Prieto como baterista, la consigna sería componer, tocar y hacer de la música del conjunto un nuevo capítulo en la senda del rock and roll y del punk, por supuesto de manera independiente.





Admito que, sin querer caer en un lugar común, terminé por preguntar: ¿a qué se refiere Pániko Satánico? Según lo comenta Claudia, “el nombre tiene mucho que ver con el miedo y con lo susceptible que éste puede ser a la adicción”; al hecho innegable de ser víctimas del pánico por cuenta de los medios de comunicación masiva y a una cultura del miedo que se esparce, convirtiéndose en temor colectivo permanentemente. Asimismo, agrega que el concepto del pánico satánico como culto al terror, fue un fenómeno social originado por sectores puritanos de los EE.UU. a raíz de ciertos acontecimientos como el asesinato en 1969 de la actriz de Hollywood Sharon Tate, perpetrado por la secta conocida como La Familia Manson; tal fenómeno se manifestaba al censurar como demoníacas producciones culturales como el cine de terror, los video juegos y la música heavy metal de los ochenta; en resumen, una histeria generalizada que podríamos definir como una cacería de brujas contra todo aquel que llevara el pelo largo, fuera seguidor de agrupaciones como Black Sabbath, Judas Priest y Iron Maiden o tuviera intereses particulares que fueran mal vistos por dichas colectividades reformistas, debido a que se  encontraban “aterrorizados por un supuesto auge de grupos satánicos cuyo objetivo era la juventud norteamericana”[2].


Para Pániko Satániko, su primer álbum Rockers, grabado en Audiodatos Estudio a lo largo del 2013 en Bogotá y producido por la insignia del hardcore capitalino Darío Bernal (Defenza y Vulgarxito), baterista original del combo punk rolo Chite, significa el retorno a la actividad tras un receso forzoso desde mediados del 2015, tiempo en el que Claudia se radica temporalmente en Ciudad de México y emprende Encabronados.


Desde mi punto de vista, el hecho de que el material se haya registrado varios años antes permite identificar una amplia gama de características sonoras en la etapa inicial del trío, por ejemplo, letras introspectivas con tintes de catarsis en temas como Dentro de mi silencio, que deja en claro que el callar lo que nos perturba puede ser bien una cárcel, bien una tumba, o una herramienta de purificación de ambas. Atmósferas muy afines al metal y levemente al rockabilly en No te perteneces y riffs de guitarra que rememoran fácilmente las mejores épocas trash de Metallica (otra banda objeto de la satanización compulsiva ochentera en EE.UU.) en La persecución.


La voz principal agresiva, liberadora, pero a la vez versátil y agradable de Pániko Satániko, se complementa entre sí con la robustez sonora a la que me refería, mejorando y potenciando una amalgama muy eficaz, tal y como ocurre con varios tríos y agrupaciones punk femeninas como Ultrasónicas de México, Las Guaguas del Pank a nivel nacional o las estadounidenses 7 Year Bitch y Bikini Kill.


Pero, enfoquémonos en el presente. La actividad de Pániko Satániko en 2023 estuvo marcada, en primer lugar, por la grabación de 3 sencillos motivados por los ecos del estallido social en Colombia durante 2021, y por su posterior publicación, gracias a la labor del bajista Illich Amézquita, y de su estudio El Patíbulo; dentro de este listado de canciones se encuentra Persona de Bien, siendo a la luz de mi criterio una ruptura en la propuesta sonora de Pániko, definiendo un antes y un después.



Video durante su participación en el International Disturbio Fest - Contra la violencia de género



Diría que fija un nuevo punto de partida con respecto a la evolución del sonido en conjunto, haciendo explícita la cercanía al punk y a sus aristas. Su rasgo más evidente es la habilidad interpretativa sencillamente impecable del trío, acompañada por el vértigo y la precisión justas. De manera más sencilla: Pániko Satániko se encamina a marcar una distancia definitiva sobre cómo hacer del punk la vía más contundente para transmitir su idea y lo que esto significa para su identidad musical; y lo logra desde la faceta actual de la banda, la de Ciudad Violenta, sin dejar de lado su etapa más rock. Tengo la sensación de que el nuevo inicio demandaba por parte del grupo tomar de la mano al punk como derivación del rock y emprender un camino renovado a los ojos y los oídos de su audiencia y del público en general.



Imagen tomada de las redes del ilustrador Gabriel Gaytán: @tengo_the_silent_man



Además de involucrarse a fondo con el proceso de producción de Ciudad Violenta, amén de la incorporación de Mike Ayala como nuevo baterista, Claudia y Pániko Satániko, cuentan nuevamente con la sabia orientación y experiencia de Darío Bernal, de Audiodatos Estudio y de las contribuciones de artistas del entorno más cercano y fraterno de la agrupación como Ginger y Los Tóxicos (quienes acogieron a Román Prieto para ocupar la batería) y por supuesto Mauricio Arias de Triple X, para llevar a cabo una obra mayúscula de espeluznante actualidad y terrorífica credibilidad, arremetiendo contra un orden social venéreamente virulento, cada vez más encarnizado, más violento.  


Encontramos letras reflexivas, sensibles a la vez que políticamente críticas y socialmente denunciantes como Se acaba el tiempo, Invisible dignidad o Rebeldes de Cloaca; hay un razonamiento sobre el autosabotaje en Síndrome impostor con la colaboración de El Enemigo X en las voces (¿es la sensación de estancamiento uno de los síntomas del síndrome de autosabotaje?), e incluso la dicotomía de la relación con nuestros vicios en El Castigo. Estas son temáticas centrales que ayudan a Pániko Satániko a resolver el gran paradigma del formato power trío, es decir, un ensamble perfecto al mejor estilo de I.R.A., de Polikarpa y sus Viciosas, de Eruca Sativa, de Band of Skulls, de Band of Gypsys, de Motörhead y de un interminable etcétera.



Foto de la banda en un bar


En un formato reducido de 7 canciones, donde la calidad de cada una hace valer su lugar dentro del tracklist, Ciudad Violenta logra captar con perspectiva y voz femenina las realidades de los convulsos contextos de las urbes globales; desde el punk esto es digno de resaltar pues, para nadie es un secreto que durante muchos años se ha seguido invisibilizando o menospreciando a las mujeres que tienen presencia dentro de la escena musical (sin distinción del género y del país) por el hecho de atreverse a crear música de corte contestatario, hacerse escuchar y difundir una visión de mundo con posturas de su propia cosecha.

  

En este caso, hablamos de un disco y de una agrupación que instintivamente fluyen entre las variables del rock, el metal, el punk, o el postpunk sin encasillamientos, que procuran abrirse a variadas y más laxas influencias sobre su interpretación de lo punk, en lugar de santificar los purismos de un solo género.


Debe quedar bastante claro que, la razón por la cual hay que celebrar que cada vez haya más parches musicales, de rock o punk o cualquiera sea el estilo, liderados por mujeres es porque se van a ir tomando más en serio este tipo de alineaciones por su calidad musical y así, se dejará de pretender que no existen, que son una rareza o que deben demostrar con un doble esfuerzo que les cobija el hecho de ser escuchadas, reconocidas y respetadas como pares. En palabras de Donita Sparks, líder de una de las bandas pioneras de la ola punk femenina de los 90’s que derivaría en el movimiento Riot Grrrl[3] L7, y uno de los referentes artísticos más relevantes para Claudia: Ellos no pueden oír una palabra de lo que hemos dicho (“They can’t hear a word we’ve said" Pretend that we’re dead).  


“Es una lucha constante y es frustrante todo el tiempo estar confrontándose con los estereotipos que aún hoy existen sobre lo que es y no es punk y sobre las mujeres dentro de la escena. No estamos pidiendo validación. Siento que, paradójicamente, al ámbito punk aún le falta mucho para permitirnos hacer lo que queremos”, argumenta Claudia, quien se declara amante del brandy y The Doors, de Bluttat y Rikk Agnew, pero quien sobre todo se reconoce a sí misma como una mujer que ama la música que se nutre de otras músicas, sea la que sea.


Herman Melville, autor del clásico Moby Dick sostiene que “es mejor fallar en la originalidad que triunfar en la imitación”[4]. Un llamado al valor de expresar ideas por medio de la exploración creativa con múltiples fuentes de inspiración.

 

La alineación actual de Pániko Satániko la componen Ilich Amézquita en el bajo y coros, Mike Ayala en la batería y coros y Claudia Rivera en la guitarra y voz líder.





[2] Vielva, J. (2023, 27 de marzo). Pánico Satánico en los EE.UU. de los 80’s. [Episodio de pódcast de audio]. En Mi camerino. Radio 3 Extra. RTVE. https://www.rtve.es/play/audios/mi-camerino/panico-satanico-eeuu-80/6842237/

 

[3] [Poliphonic]. (2018, Mar. 08). Riot Grrrl: The '90s Movement that Redefined Punk [Video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=tAbhaguKARw

 

 [4] Elevate Society. (s.f.) Recuperado de https://elevatesociety.com/it-is-better-to-fail/

 



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